Desde el inicio del partido en las Fuentes se observó lo que se preveía ya de antemano, que no iba a ser un partido fácil para los merengues. Un Bahía de Santa Pola compuesto por muchos jugadores que han pasado por categorías superiores en equipos como Santa Pola y Almoradí entre otros, iba a ser un hueso duro de roer. Diez minutos le costó al Aspe entrar en el partido, tiempo en el que el conjunto visitante demostró que venía a por los tres puntos y en los que pudo ponerse por delante del marcador en un par de ocasiones. Poco a poco el Aspe fue cogiendo el pulso al partido estirándose hacia la portería contraria. A partir de ahí las ocasiones se repartían sin demasiado peligro, con un equipo visitante sacando el balón jugado desde detrás y con un medio campo con una gran movilidad, destacando el jugador veterano visitante Paloma. El Aspe esperaba en tres cuartos de campo intentando robar el esférico al contrario y tener la posibilidad de realizar contras rápidas. Así se llegó al descanso.
En el primer minuto de la segunda parte, se vio que quién iba a estar mas cómodo en el partido iba a ser el conjunto local. El Aspe supo agruparse y acumular mas gente en el medio campo, lo cual le hizo llevar el control de la segunda parte disponiendo de las mejores ocasiones por medio de Samuel y Joan. A mediados de la segunda mitad un balón a la espalda de la defensa hacia Joan, se convirtió en penalty cuando este se disponía a rematar a puerta perdonando la árbitro del partido la expulsión al defensa santapolero. Carlos se encargaría de lanzar el penalty que fue detenido por el portero visitante Pazos. Los fantasmas volvían a Las Fuentes, pero esa misma jugada en la que el balón fue rechazado a córner ,supuso el gol de Samuel tras jugada ensayada. El Aspe a partir de ese momento cogió moral y fuerza para el tramo final de partido. Pasada la media hora y con un equipo lanzado, volvieron a marcar los merengues y a poner distancia en el marcador tras una excelente jugada colectiva que remataba Cesar. Este gol fue un premio para el jugador que volvía a marcar tras la larguísima lesión que le tuvo apartado un largo tiempo de los terrenos de juego. A partir de ahí el Aspe se dedicó a controlar el partido hasta el pitido final.
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