El arquitecto Mariano Cuevas, presidente de Cinco Ojos (asociación para la protección del patrimonio cultural), ha explicado en Radio Aspe la situación de la basílica Nuestra Señora del Socorro, afectada durante los últimos diez años por los excrementos de palomas que están afectando gravemente a la piedra de las portadas.
Esta semana, Mariano Cuevas se ha dedicado a revisar las cornisas y las esculturas de las portadas de Santa Teresa y San Juan y a retirar los excrementos no adheridos. “Desde el 2004 vengo denunciando los daños provocados por los excrementos de paloma en la basílica. En 2014, diez años después, di una conferencia en el Wagner y volví mostrar los daños producidos, algunos irrecuperables en la zona de obra más fina: las caras de las esculturas, los ropajes y desde luego las cornisas que ahora están completamente negras”.
En cuanto al trabajo realizado estos días, Cuevas ha explicado que “no hemos hecho limpieza, ha sido una retirada de los excrementos de paloma, de la suciedad no adherida a la piedra. Hemos utilizado cepillos suaves en seco. Lo que está adherido a la piedra debe ser objeto de otra de intervención, de un laboratorio especializado y de un informe petrológico de cómo se encuentra la piedra después de once años de agresión química. El excremento de paloma tiene ácido úrico, ácido fosfórico, aporta sales, salatos y sulfatos, que se impregnan en la piedra. Con el agua de lluvia se expanden y provocan el descascarillado de la piedra. Todo el mundo ha mirado para otro lado durante diez años”.
Además de la retirada de excrementos, el pasado miércoles se ha realizado una actuación de prueba, aunque ajena al trabajo llevado a cabo por Mariano Cuevas. “A instancias del alcalde se ha hecho una prueba en la portada de Santa Teresa. Se trata de colocar un gel cuyo olor detectan las palomas y las repela. Esto es ajeno a mi actuación. Ahora veremos cómo se comporta. Esto no elimina las palomas, sólo las repele pero irán a otro sitio”.
Para solucionar el problema definitivamente, Mariano Cuevas lo tiene claro. “En Aspe la situación no es tan grave como en la basílica de Elche o en la catedral de Murcia. Sabemos que las palomas proceden del parque Doctor Calatayud. Habría que retirarlas de allí, trasladarlas a otro sitio y evitar que vuelvan al parque. No se me ocurre otra solución. Estamos viendo cómo el monumento histórico más importante de Aspe se está destruyendo por excrementos de pájaro”. En este sentido, “lo más seguro es el traslado de las palomas. La paloma es una plaga para los monumentos históricos. Son incompatibles con la basílica”.
Os dejamos la entrevista en el reproductor.