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La ermita de Sant Felip ha reabierto sus puertas como espacio cultural tras una intervención que ha permitido la reconversión de uno de los principales enclaves patrimoniales, histórico y arqueológico del municipio en un centro museístico de interpretación de la historia local y sala polivalente para usos culturales.
En el marco de un sencillo acto el alcalde de Novelda, Fran Martínez, presentaba la reapertura de un espacio de gran valor histórico y arqueológico cuya adecuación era una de las “prioridades” del equipo de gobierno y con el que, aseguraba, Novelda “gana en posicionamiento cultural, turístico, poniendo en valor su importante patrimonio y recuperando uno de sus espacios más emblemáticos”.
Fran Martínez ha destacado en su intervención que la recuperación y rehabilitación de este edificio, “enclavado en la historia misma de nuestra ciudad, en la zona donde estuvo el origen Novelda como núcleo poblacional”, ha sido uno de los “objetivos” del equipo de gobierno a fin de contribuir a que la Cultura cuente con los “espacios adecuados que permitan su máximo desarrollo, impulsando el fortalecimiento de la comunidad y el fomento de la creatividad, el aprendizaje y el sano esparcimiento”.
Asimismo el alcalde incidía en que esta nueva estancia, contribuye a “poner en valor nuestro patrimonio histórico y posiciona a Novelda en la vanguardia cultural”.
La adecuación y recuperación de la ermita de Sant Felip ha sido posible tras una actuación de más de tres meses en la que, con un presupuesto de 178.000 euros cofinanciados con fondos propios del Ayuntamiento y subvenciones de Generalitat y Diputación, se ha conseguido la puesta en valor del yacimiento arqueológico que ocupa la parte central del espacio interior, yacimiento que ha sido cubierto con una estructura metálica que sustenta un cristal pisable desde donde se puede contemplar, gracias a la iluminación preferencial, la zona de enterramientos del siglo XI, el área habitacional del siglo XV y la cripta de los enterramientos de los miembros de los Hermanos de la Sangre de Cristo del siglo XVIII. Además se ha consolidado la pintura de los muros perimetrales del recinto y ha dejado un espacio diáfano habilitado para acoger actividades culturales.