El pasado domingo por la tarde la Policía Local recibió la llamada de una vecina de la zona Centro alertando de que un gato se encontraba atrapado entre la rejilla frontal y el radiador de una furgoneta que se encontraba estacionada. Una vez personada una dotación policial observó que el animal presentaba distintas lesiones y sangre, aunque se encontraba vivo porque no paraba de maullar.
Ante la imposibilidad de localizar al conductor del vehículo, se optó por dar aviso a bomberos para que excarcelaran al animal, desmontando la rejilla interior de ventilación. Debido a la situación en la que se encontraba el animal, los agentes optaron por dar aviso a una veterinaria que de manera urgente y desinteresada se hizo cargo de la situación en su clínica de la calle Pablo Iglesias, no pudiendo revertir la situación de extrema gravedad que las lesiones le habían provocado y optando finalmente por la eutanasia ante el sufrimiento que padecía el animal.