#Aspe: El pipí de los perros tumba cuatro farolas
El Ayuntamiento ha tenido que reponerlas desembolsando 2.800€
La utilización de las farolas como urinarios para los perros aspenses ha acabado con cuatro de ellas tumbadas a causa de la corrosión que les provocan.
Desde junio, el Ayuntamiento de Aspe ha gastado 2.800€ en la reposición de 4 luminarias situadas en la vía pública por esta causa.
La limpieza de estos orines en las fachadas también supone una actuación extraordinaria de los servicios de limpieza municipales. “Cada actuación extra de limpieza supone un coste de 800€ diarios que se podrían destinar a la limpieza en profundidad de los espacios de juego infantil o el mejor mantenimiento del cementerio” ha comentado el concejal de Servicios, Vicente Carlos Cerdán.
La ordenanza de limpieza y ornato público de Aspe especifica que los propietarios son los directamente responsables de los daños o afecciones a personas o cosas y de cualquier acción que ocasione suciedad en las zonas públicas producida por animales de su pertenencia y están obligados a impedir que éstos hagan sus deposiciones en cualquiera zonas pública destinada al tránsito de peatones como son las aceras, parterres, zonas verdes y en general los restantes elementos de las zonas públicas destinados al paso, estancia o disfrute de los ciudadanos.
Los animales deben orinar en las arquetas o imbornales del alcantarillado o lugares específicamente habilitados para ello «la mejor manera de limpiar el espacio público es con agua, para diluir el orín y reducir su acción corrosiva, además de la suciedad que provoca” ha explicado Cerdán.
Actualmente, sólo existe un pipican en Aspe, junto al parque Ramón Berenguer. Desde la concejalía de Protección y Convivencia Animal y la concejalía de Servicios Municipales, conscientes de esa limitación, se está trabajando para habilitar un mayor número de espacios de ocio para los animales en diferentes parques de la localidad.